La gestión de la morosidad es una de las principales preocupaciones de las empresas en la actualidad. La crisis que han tenido que sobrellevar muchas empresas en los últimos años y la reducción de los niveles de liquidez han dado lugar a necesidades financieras que no han podido cubrir adecuadamente y que han provocado situaciones de morosidad.
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¿La regulación de la morosidad?
Actualmente, en España la morosidad está regulada por la Ley 15/2010, que establece unos plazos máximos para pagar en operaciones comerciales. Estos plazos son de 60 días en el caso de ser empresa privada y de 30 días si se trata de una Administración Pública. Son plazos que se computan desde el momento en que se ha entregado el producto o se ha prestado el servicio.
Esta normativa supone un apoyo para que, tanto empresas como entidades públicas, puedan hacer frente a sus pagos o cobrar los adeudos correspondientes sin necesidad de encontrarse en situaciones complicadas. En algunos casos, la propia ley establece la posibilidad de que las entidades acreedoras puedan cobrar intereses de demora. No obstante, estos intereses no se solicitaban en ningún caso por el temor a que esta circunstancia retrasase aún más el pago sobre lo previsto.
Son situaciones complicadas para empresas y autónomos que ven como sus niveles de liquidez a lo largo de los años disminuyen como consecuencia de una reducción en los ingresos por pago de los clientes, mientras que el pago a proveedores se hace de forma habitual.
Principales consejos para reducir la morosidad
La reducción de los niveles de morosidad es posible si se llevan a cabo una serie de acciones en la empresa, entre las que se pueden citar las siguientes:
1. Analizar siempre el nivel de riesgo en las relaciones comerciales.
Un primer aspecto a tener en cuenta a la hora de establecer relaciones con clientes y proveedores es la medición del nivel de riesgo asociado a estos clientes. Existen fórmulas y herramientas para conocer con antelación las probabilidades de impago que puede tener un determinado cliente. Si se dispone de esta información con antelación se podrán tomar mejores decisiones en los procesos de compra y de venta. Si el cliente es un organismo público, es importante que se obtenga información sobre los periodos habituales de pago para así hacer una buena previsión de tesorería en la actividad de la empresa.
2. Cobrar por adelantado.
Otra premisa que puede ayudar en gran medida a prevenir situaciones de morosidad es establecer unas condiciones de contratación que impliquen el cobro por adelantado de una cantidad del total a pagar. De esta forma, al menos se puede asegurar que una parte del importe se cobra al inicio, a razón de un porcentaje. Este sistema se utiliza para aprovechar los recursos y no empezar a trabajar o dedicar esfuerzos hasta que no se ha hecho el primer pago del proyecto o del producto. Es habitual cobrar un 20 o un 30 % por adelantado y el resto del importe fraccionarlo en función de la duración del servicio.
3. Contratar un seguro.
En muchos casos, las empresas pueden contratar un seguro de garantía que cubra el pago de los contratos en caso de que se produzca morosidad. Estos contratos son especialmente válidos para empresas grandes y pueden ser algo caros para autónomos, pero es una forma de que las empresas puedan protegerse frente a la morosidad.
4. Gestión de la morosidad
Un aspecto importante que influirá en la adecuada gestión de la morosidad es, precisamente, el hecho de ser tenaz a la hora de reclamar los pagos. En muchos casos, insistir ante los clientes en el pago de las facturas da buen resultado para conseguir el cobro de impagados.
5. Buen sistema de facturación y control de pagos
En la gran mayoría de los casos, contar con un sistema adecuado de facturación puede facilitar en gran medida este control. Si, además, se realiza la facturación a través de un software de facturación online que facilite llevar un mayor control de las facturas emitidas y recibidas, los resultados serán mucho mejores.
Estos sistemas de facturación facilitan la generación de informes y avisos en los procesos de pago y cobro. Así, tanto empresas como autónomos pueden tener información actualizada y en tiempo real para gestionar los impagos y poder actuar consecuentemente en cada caso. Este software de facturación ofrece muchas ventajas para las empresas que lo implantan, ya que no solo facilita el control de facturas, sino que además permite una mejor organización de la documentación y de la facturación en la empresa.
Por tanto, según lo visto hasta el momento, la morosidad es un problema que afecta de manera importante a empresas y autónomos pero que puede evitarse o prevenirse mediante la adopción de una serie de medidas y un buen sistema de facturación online que facilite el control de los ciclos de compra y venta.